Vinos populares argentinos 2020
Vivir y seguir bebiendo en tiempos de post pandemia, al
menos en post de los primeros 150 días.
Puedo renunciar a no reunirme más con alguien, a dejar de
trabajar y comer fideos, polenta y arroz de 70 pesos el kilo toda mi vida. Pero
no podría dejar de beber vino con las comidas, al menos el almuerzo y la cena
diaria.
Cuando comenzó todo esto, a los que nos gusta beber,
estaba la gran excusa de San Patricio, 17 de marzo, ese día nos dimos cuenta que el
tema de las reuniones, debía espera, indefinidamente. Pero los bebedores
responsables, me refiero a los que hacemos los deberes, teníamos varias cajas
de vino, entre otras bebidas, guardadas ya preparados para el fin del mundo,
desde chiquitos pensamos así. Pero, podíamos imaginar hasta el fin del mundo, una
guerra nuclear, un tsunami o dos, uno del atlántico y otro desde el pacifico
que supere la cordillera, pero nunca nos podríamos haber imaginado tener que
estar 150 días encerrados. ¡Y por ley!
Esto hizo que, hasta los más precavidos, nos quedemos
secos, en todo sentido.
Recuerdo a los 100 días, era de las primeras veces que salía,
y me recorría los supermercados chinos de cercanía, buscando algún precio
tentador, atrasado, o en oferta, etc. No encontré mucho, tenía que gastar mínimo
300 pesos, y el vino en la mayoría de los casos me terminaba sabiendo, caro. Es
decir, esperaba más por el esfuerzo de liberar de mi bolsillo, ese dinero.
Pero este agosto, descubrí o redescubrí, los buenos vinos
populares argentinos.
Aclaro que en los 80s, tomaba, y bastante, para no
desentonar con la época, vino de litro y para eventos, asados, etc.,
damajuanas, tanto blanco como tinto. Las marcas eran Resero, Termidor, básicamente,
Y Parrales de chilecito las damajuanas. Nací en 1970, comencé a beber, en 1985.
En los 90, también adaptado a las épocas, bebía casi todo el tiempo, espumantes. Y desde el 2000, si bien no volví a beber
vinos populares, una vez al año, compraba varios litros y los probaba para
entender la diferencia con lo que iba apareciendo.
Desde siempre, el destacado fue Vino Toro. Por la
calidad, en el sentido que siempre uno encuentra lo que espera, lo que bebió
siempre en esa etiqueta. Y siempre me sorprendió la sanidad de la uva, uva en
buen estado, ni verde ni muy madura, fresca, bien cuidada, y sin mucho
corrector evidente sulfuroso excesivo como conservante en varias etapas.
Hoy, agosto del 2020, el precio retail de una botella de Toro de 750cm3 es
de 60 pesos. Y con descuentos se puede llegar a pagar 35 pesos. Unos $ 0.35 dólares.
¿Cuál es el secreto para comprar bien? Para mí, el
siguiente:
Ir a un supermercado donde se venda mucho vino, así nos
aseguramos que este tipo de vinos, que son de consumo en el año, es decir, se
cosecha en marzo, lo ideal es consumirlo desde junio de ese año, a junio del
siguiente cuando esté disponible la nueva cosecha.
Pero eso no es suficiente, en estos vinos, como en muchos
otros, se embotella por partidas, y estas, suelen variar muchísimo, ya que al
vinificar tantos millones de litros, la uva suele ser de diferentes proveedores.
Es decir, misma vinificación, mismo estilo, pero si la uva cambio, puede haber
hasta 1.5 grados de alcohol de diferencia. Y eso, es un montos, así que a
fijarse en cada botella, el alcohol declarado, y que este no se inferior a 13. Los
vinos baratos, y no tan atractivos, suelen tener alcohol de 12.5 en nuestro país.
En Toro Lacrado, por ejemplo, el alcohol supera los 13.5. Y en Toro blanco, los
¡14!
LA verdad, me detengo unas líneas en este vino, los invito a que vayan al súper
más cercano, y compren una botella de vidrio de Toro blanco de ¾, que declare
14,2 de alcohol. Es un vino realmente importante, y está a solo 60 pesos menos
los descuentos del día. Para mí la uva de esta partida es sauvignon blanc. Me recuerda a Los Haroldos S.B. Pero 5 veces mas economico. Final levemete amoscatelado, muy agradable. No creo sea ugni blanc ni chenin, nisemillon, etc.
El Toro Rosado, casi una contradicción, rosado afeminado,
delicado, y Toro, rojo, macho. Pero más allá del contra marketing, hoy me asome
a la góndola, mejor dicho, me agache, ya que estas líneas se ofrecen desde el
piso, y le hice caso a mi amigo y colega Roberto Colmenarejo, que me recomendó el
rosado, me fijo y en dos botellas el alcohol variaba de 12.8 a 14, otra vez, increíble.
Compre el de 14, hoy descorche todo, y lo probé, está muy bien, igualmente si
comparamos lo que nos ofrece el Toro blanco, es enorme la diferencia. O será que
al rosado argentino nunca lo termine de entender y por lo tanto de disfrutar.
Volviendo al Toro Tinto, hoy encontré que el que me había
gustado, muchísimo, el Toro Lacrado, estaba agotado, así que compré para
probar, el Toro Bonarda Syrah, en botella de 1.125 Litro… La verdad, no pude terminar la botella, ya no hay equilibrio, se dispara la acidez, no es agradable beberlo. Tambien compre un Resero, hoy de la misma cooperativa, y esta ok, cumplidor y bebible, pero de todos me quedo con el Lacrado, esta increíble, como debe ser, para mi este segmento, vinos
simples, pero correctos, sin azúcar residual, sin acidez no deseada, firmes, es
decir con buen alcohol, no débiles. Etc.
Salgo de este segmento popular, y me meto en el de la clase
media, en lo que queda de ella, respecto a este segmento nunca entendí a esos
vendedores de vino que dicen en sus presentaciones, “este vino es para todos
los días” y sale lo que sería hoy, ¡400 pesos! En fin. Este es mi hallazgo, mi recomendación.
Aclaro que esta nota, es totalmente desinteresada y no es
atemporal, es decir, en este país, los vinos que uno recomiendan hoy, el
productor los puede cambiar en la siguiente partida, por x motivos, casi todos
referentes a los recursos y estrategias económicas locales, en contra siempre
del bolsillo del consumidor. Pero ojo, esto será poco ético, pero es legal, la
culpa es del consumidor, que no sabe defenderse, y tiene con qué, pero no lo
hace, y el empresario, avanza.
Tiempos de Hot Sale
De las pocas cosas hot que pudimos disfrutar este
invierno 2020.
Curioso, en argentina, como ya sabemos, en artículos como
ropa, electrodomésticos, y hasta en alimentos, te aumentan un 30% y luego te
dicen que te descuentan un 40%, un engaño total, y esto, desde este año, si, es
ilegal. Pero por suerte, en bebidas no lo note.
Un día, me llega un mensaje de mi papa, gran consumidor
de vinos en las comidas, de todos los días, y en las dos comidas, que me pide
que vea la web de la Bodega Bianchi, que ofrecían un 50% de descuento, y envío
gratis.
Me asome, y la verdad que era muy tentador, había vinos
desde 100 pesos, es decir 200 menos el 50%.
Y le compre, varias cajas. Y el como agradecimiento me envío
3 botellas a mi casa. Fiel a mi estilo y
mi sed, duraron 3 días. Y este es mi comentario.
Aclaro que el comentario es para las cosechas nuevas, las
anteriores no me gustaron tanto, por eso repito, fijarse el año de cada etiqueta y en lo posible el sello del
INV donde figura la partida y el contenido alcohólico.
Comienzo por el que no me gustó tanto, o me gusto poco.
Un vino que sabemos es el nuevo proyecto de Bianchi, ya no en San Rafael sino
en Valle de Uco, como marca la moda de los últimos 10 años, donde hace 20
primero algunas bodegas muy importantes se establecieron directamente ahí, a más
de 100 kilómetros de la capital mendocina, asumiendo el riesgo pero confiando en
la teoría que con más altura lograría mejores
vinos en en clima desértico como el de la zona. Recuerdo haber visitado
bastante Valle de Uco entre 2001 y 2004 y se hablaba mucho de buen potencial de
vinos, pero no tanto del buen potencial del malbec. Hoy todo es malbec en Uco.
Bueno, sí, pero muy parecido, y a mí, si no se mezcla, con otras variedades y
/o zonas, me aburre bastante.
El caso del Mil Piedras, es un vino de unos 450 pesos,
retail, y con esta promo quedaba en algo más de 200, bien. Es un vino que volvería
a comprar, pero no pagaría más de 250 pesos. Ese es el L
Vamos a lo que me gusto, y mucho.
Antes, nombro el único
blanco que probé en esta compra. De San Rafael, el chardonnay 2020, un clásico de
los Bianchi, me recuerda a la línea que lanzaron en 2002, en Argentina, creo
era de exportación, Bianchi DOC, una línea simple, sin madera, pero destacando
y logrando aromas frutales muy seductores. Precio retail 220, 110 en promo.
Genial.
Y lo mejor, lo que seguiré buscando, comprando y disfrutando
hasta que esta partida se termine, no creo vuelvan a embotellar un vino tan
atractivo a este precio.
Bianchi Malbec San Rafael 2020.
Grata sorpresa. “Me vino
bien el vino me vino...tenía sed, es eterna, si, y no tenía vino”. Aclaremos
este detalle, mis sentidos estaban muy ávidos. Abrí este malbec 2020. Retail
240 pesos, pero con descuentos y esas cosas que llevan al precio real de
mercado, quedó en 120. Lo pruebo... impecable, vista, nariz, sabor, dejo, etc.
Fruta plena, mermelada fresca, sabrosa, simple y armoniosa. Pero lo raro, para
ser el más accesible de la bodega, intenso. Miro el alcohol, 14.6. Muy extraño
para ese precio. Me encantó. También probé el Cabernet 2020, 14.5% de alcohol, me gusto, si.
Yo ya tengo mi caja de
blanco Toro, por 38 pesos la botella, aprovechen el 40% de descuento de Coto. Y
algo conseguí del Bianchi Malbec 2020. Recomiendo entren a la página de la
bodega, el envío es sin cargo.
Me gusto esta pequeña
historia de post pandemia, primeros 150 días, y quería compartirla.
Sebastián Bossi
*Si me leyeron hasta acá... Les recomiendo, lean
mi libro, La Vida Bien Bebida (2019). Aún disponible en librerías Yenny, www.tematika.com o por privado envíos sin
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