miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cachaca





Entrevista a Sebastian Bossi
Para el diario El Cronista.

1 ¿Que es la Cachaca?

Cachaca es la bebida nacional de Brasil, hoy existen unas 5.000 marcas procedentes, en su mayoría, de pequeñas destilerías. Todo nació junto a la historia del ron, desde el siglo XVII, cuando se repartía alcohol a los esclavos africanos para motivarlos en sus trabajos forzados en las plantaciones y minas. Brasil también formo parte del tristemente famoso comercio triangular, el cual duro siglos, en el que el aguardiente de caña era la forma de pago para obtener nuevos esclavos, en Brasil la abolición de esclavo ocurrió en 1888.
La Cachaca es una bebida alcohólica obtenida a partir de la destilación del jugo fermentado de la caña de azúcar, a diferencia del ron industrial que es destilado a partir de la melaza, un subproducto de la caña de azúcar. Por esta misma razón, la cachaca es mas aromática, conservando aromas y sabores primarios, más crudos, de la caña de azúcar que nos recuerdan a flores, frutas exóticas y miel, muy similar a lo que se denomina legalmente ron agrícola, la diferencia con este último está en que la cachaca se pueden agregar adjuntos al mosto, se suele agregar maíz, y la destilación puede ser en alambique tradicional, típico de la producción artesanal o destilación en columnas, en esta ultima dependiendo a que graduación se retire el destilado final va a ser más o menos aromática según la cantidad de congéneres que se eliminen, la ausencia de estos darán un producto más limpio y puro, pero al mismo tiempo se perderá identidad, la clave y la tendencia esta en el equilibrio entre ambas destilaciones.
El contenido alcohólico es por lo general de 40 grados y el producto puede o no haber pasado por madera de roble, mínimo un año por ley, si lo hace se suelen consumir en forma directa, no en cocteles. También se usan otras maderas, como ser: bálsamo o imburana entre otros, esto hace más interesante el producto y por suerte en la etiqueta se aclara el tipo de madera empleada.
Si bien la Cachaca se elabora en todo Brasil, la producción se concentra en el centro, San Pablo y en el nordeste del país.
Actualmente la producción anual ronda los 1.300 millones de litros, siendo la tercera bebida alcohólica destilada con mayor producción del mundo, luego del vodka y del soju.
Solo se exporta el 1%. Si bien hasta la década del 90 se vinculo el consumo a las clases bajas, hasta se denominaba despectivamente “cachaceiro” al consumidor cotidiano de esta bebida, hoy la realidad es completamente diferente, se invierte más en la producción de cachaca de alta calidad, ultra Premium. Para expresarlo en términos de valor monetario, hasta la década del 90 la cachaca más costosa no superaba los 10 dólares, la gran mayoría costaba entre 1 a 3 dólares el litro, y hoy existen productos de alto prestigio entre los 15 y los 30 dólares el litro, pudiéndose encontrar sofisticadas y refinadas cachacas de hasta más de 200 dólares, como Sagatiba Preciosa, que descansa 23 años en roble francés. Actualmente se están buscando nuevos mercados para aumentar la exportación y convertirse definitivamente en una bebida clásica internacional.


2 ¿Cuáles son las marcas que más se usan en nuestro país?

Las marcas que encontramos en nuestro país son varias y cada vez encontramos marcas de mejor calidad. Desde una “cachaza” argentina, Macao, nuestro código alimentario del Mercosur permite su producción local. Hasta la moderna y muy bien adaptada a la tendencia del gusto del consumidor por bebidas ultra Premium, como es la Cachaca Sagatiba.
En el medio encontramos las tradicionales marcas que nos acompañaron por décadas a los consumidores argentinos, como ser Velho Barreiro, 51, Pitu e Ypioca.


3 ¿Como está considerada la cachaca respecto a otros destilados?

Yo considero a la cachaca como uno de los 7 destilados clásicos que toda barra debe contar y todo consumidor debe tener en cuenta. Estos destilados clásicos son vodka, whisky, cognac, tequila, gin, ron y cachaca. Todos de un perfil alcohólico similar de unos 40 grados, todos secos y todos con estilos bien diferentes debido seguramente a las diversas culturas que le dieron su origen.

Fuentes:
El libro del Bar – El mundo del alcohol y las bebidas espirituosas. André Domine. Barcelona 2008.
Revista Bar and Drinks N°32. 2008. BA Argentina.
Sebastián Bossi

Revista Clase Ejecutiva N°87 Diciembre 2010. El Cronista Comercial. Gastronomía - Cachaza
Sabor y Samba

Este destilado de la caña de azúcar es el componente principal de la famosa caipirinha. Y celebra cinco siglos de existencia como uno de los sabores más representativos de Brasil, con unas 4 mil marcas. Sinónimo de verano y rélax.
Texto: Victoria Crisetig


En tiempo presente
La espirituosa estrella de Brasil tiene denominación de origen y es la tercera bebida alcohólica destilada con mayor producción en el mundo, luego del vodka y del soju. Según informes del Instituto Brasileiro da Cachaça, en ese país existen 40 mil productores (el 99 % son pymes) y cerca de 4 mil marcas. De lo producido, se exporta apenas el 1 %, principalmente a Alemania, Estados Unidos, Paraguay, Bolivia, Portugal, Uruguay y Francia.

Mariano Ramírez, brand ambassador de spirits de Tres Blasones, explica que los volúmenes masivos de cachaça que se consumen en Brasil corresponden, principalmente, a la industrial. Y que, como la caña de azúcar es un producto que abunda en Latinoamérica –y además su destilación no reconoce limitaciones geográficas (fuera de la madera que se utiliza para añejarla)–, han surgido imitaciones muy competitivas en otras regiones productoras de la materia prima, como Colombia y Martinica.

En épocas pasadas
Desde que un esclavo diera origen a la cagaça, una espuma provocada por la fermentación del líquido dejado por la caña de azúcar, Brasil comenzó a contar con uno de sus sabores emblema. La caña de azúcar llegó a esas tierras de la mano de los conquistadores portugueses, a principios de siglo XVI: destilando los residuos de esta planta, luego de que se le extrajera el azúcar, los esclavos obtenían la bebida que les permitía ganar energías para enfrentar su dura y larga jornada de trabajo, e incluso, la combinaban con el jugo de alguna fruta y obtenían un batido. Cuando se extendió su consumo, los portugueses la entronaron como sustituta de la bagacera, bebida a base de uva que, en épocas del comercio triangular, fue usada como moneda en la compra de esclavos.

Al tiempo, la cagaça fue prohibida por la corona lusitana hasta que, a mediados del siglo XVII, los productores se rebelaron y consiguieron su legalización. Tiempo después, la cachaça devino sinónimo indiscutido de brasilidad.

Aguardiente de caña
La cachaça es reconocida como un destilado tropical que se asemeja al ron. Aunque, en rigor, mientras que aquella se obtiene destilando el jugo fermentado de la caña de azúcar, aquel se elabora con la melaza residual. Sebastián Bossi, de la Asociación Argentina de Sommeliers, explica que la cachaça conserva aromas y sabores muy propios de la materia prima, con notas a flores, frutas exóticas y miel. Desde Cachaça 51 señalan que, en Brasil, existen más de 600 variedades de caña de azúcar, y que la más utilizada es la saccharum officinarum, aunque lo verdaderamente importante es que sea cosechada en su punto de madurez (alto contenido de sacarosa). Según la legislación, puede agregarse azúcar (hasta 30 gramos por litro). Y para recibir la apelación de añeja o reposada debe permanecer al menos un año en barriles de no más de 700 litros: ese paso por madera (roble europeo o americano, bálsamo, imburana, cedro, jequitiba rosa) atempera la graduación alcohólica y aporta sabor. La cachaça puede ser dorada o incolora, pero siempre limpia y brillante.

Made in Brasil
Sagatiba. La variedad Preciosa es una cachaça de lujo que fue adquirida a la destilería más antigua de Brasil, Engenho Central, fundada en 1906. Producida artesanalmente, tiene 23 años de añejamiento en barricas de roble europeo y llegó a venderse en una subasta de Christie’s a u$s 1.200. La versión Pura es una premium con un múltiple proceso de destilación que, al suavizarla, la vuelve perfecta para mezclar con jugos y frutas. En tanto, la versión Velha, envejecida por tres años en roble, tiene aroma frutado.

Cachaça 51. Companhia Muller de Bebidas la produce hace más de cinco décadas con un proceso que logra un producto de gran pureza, composición compleja y aroma agradable. Se ubica en la categoría de las no envejecidas. Es ideal para preparar cócteles o mezclar con frutas.

Pitú. Producida por una empresa fundada en 1938, es un aguardiente de caña pura: su aroma y sabor evocan la materia prima con singular fidelidad. Transparente y suave, ligeramente dulce, es una de las elegidas por los bartender para la clásica caipirinha. Velho Barreiro. Producida a partir de una doble destilación y con un breve paso por barrica. La versión Gold es un blend de cachaças añejadas durante tres años y maduradas en toneles de madera construidos con jequitibá rosa. La variante Lima es cítrica, fresca y perfumada, de notas más suaves debido a una graduación alcohólica menor (30º).

En la playa y en las barras
En Brasil es frecuente beberla sola. Pero, en el resto del mundo, la cachaça se consume en su formulación más famosa, la caipirinha, posicionada entre los cócteles clásicos. Oscar Chabrés, de Chabrés Bar de Tragos, explica: “En el siglo XIX, la caipirinha se tomaba con jugo de lima, un producto muy popular en Brasil. Luego se empezó a usar con la lima cortada y, más tarde, con mucho hielo, hasta transformarse en la bebida refrescante de la actualidad”. Esta receta alcanzó tal éxito que incluso surgieron versiones en las cuales la cachaça se reemplaza por otros destilados, como la caipiroska (con vodka) y la caipirísima (con ron).

Básicamente, se trata de cortar una lima pequeña en cuatro y macerarla (pisotearla en un mortero), llevarla a coctelera con dos cucharadas de azúcar común, 40 cl. de cachaça y hielo diamante, es decir, en pequeños trocitos. Bastará con batirla bien, para que el azúcar se diluya por completo, y servirla preferentemente en vaso old fashioned coronado con azúcar. “Así el resultado es más fresco que si se prepara directamente dentro del vaso, como se acostumbra en Brasil”, comparte Chabrés.

Para Bossi, “la cachaça es, sin duda, uno de los siete destilados clásicos que toda barra debe tener, junto con el vodka, el whisky, el cognac, el tequila, el gin y el ron. Todos de un perfil alcohólico similar (unos 40º), todos secos y con estilos bien diferentes según las diversas culturas que le dieron origen”.

Maridaje tropical
“La cachaça añejada y sin agregados, que variará la intensidad de su sabor de acuerdo al tiempo de envejecimiento y de la madera de la barrica en la que reposó, es perfecta para disfrutar después de las comidas, acompañada, por ejemplo, de un buen puro”, aconseja Diego Noriega, a cargo de la barra de Godoy. Sin olvidar la opción típica, de toda la vida, que invita a beberla “antes de una feijoada o de carnes rojas con condimentos fuertes. Si se quiere acompañar una comida, es ideal maridarla con pescados blancos, como un mero, bacalao o cabracho al papillote”, asegura Claudio Rogido, bartender de si si Si!.

Históricamente se la combinó con chocolate y tabaco, pero es también muy utilizada en la cocina para elaborar platos con camarones, langosta, carnes blancas y postres. Una opción osada es maridarlos con sashimis, en vez de utilizar el clásico sake japonés”, dobla la apuesta Omar Mayorga, bartender de Sabbia Liquor Bar.

Bartender de verano

50 libras
By Sabbia Liquor Bar
-Ingredientes: 4 medidas de cachaça, 4 medidas de licor de naranja, 3 medidas de jugo de limón, una cucharada de azúcar, hojas de menta, rodaja de lima.

-Preparación: Mezclar bien el licor de naranja con la cachaça y el jugo de limón en una coctelera de metal, agregando el azúcar. El jugo de limón debe ser natural y recién exprimido, de otra manera se alterará el sabor del trago debido a la diferencia de acidez entre el limón natural y el industrial. Servir en un vaso de trago largo y decorarlo con una rodaja de lima más las hojas de menta.

Caipi de frutillas y maracuyá

By si si Si!
-Ingredientes: 2 cucharadas soperas de azúcar, 1/2 maracuyá cortado en trocitos, 4 frutillas también cortadas, 1 1/2 oz. de cachaça.
-Preparación: Agitar en coctelera todos los ingredientes junto con mucho hielo y servir en vaso old fashioned con hielo.

Sagachampagne

By Simone Maci (Sagatiba)
-Ingredientes: 40 ml. de cachaça, 1 gr. de jengibre, 1 frutilla, 3 rebanadas de manzana, 2 cucharadas de azúcar, champagne.
-Preparación: Macerar los ingredientes en una coctelera. Agregar cachaça y hielo. Agitar. Completar con champagne y mezclar. Colar y servir en copa flauta.

Strawberry lime

By Velho Barreiro
-Ingredientes: 2 oz. de cachaça, 3 frutillas cortadas en gajos, 2 cucharadas de azúcar, hielo picado.
-Preparación: Machacar las frutillas y el azúcar en una coctelera, agregar 4 rocas de hielo y la cachaça. Batir el contenido y servir en un vaso de trago corto.

martes, 14 de diciembre de 2010

Bar And Drinks N° 38 / Primavera 2010







La nota autobiográfica completa sobre los primeros 40 años de mi vida y la eterna pasión hacia las bebidas, disponible en la edición numero 38 de Bar and Drinks.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Francis Mallmann, todos los fuegos (extracto de la nota publicada en La Nacion)

-¿Hay que combinar platos y vinos?

-No, creo que no. Existe la armonía en la comida, como en todo, pero no creo en los maridajes. Los reconozco, tomo un vino con una carne y veo bien la combinación, pero no creo que ese sea el camino para comer bien. Hay que elegir lo que le gusta a cada uno, porque al tener dos cosas maravillosas, aunque no se lleven tan bien, son una delicia cuando las ponés en la boca. Esa armonía perfecta, que existe y la reconozco en un maridaje, me parece que es aburrida a largo plazo. Es como sentarse siempre en un sillón de plumas. Tenés que sentarte en un banco, en un tronco, bajo la lluvia, dormir debajo de un árbol y en un hotel 5 estrellas para poder disfrutar de los contrastes. Si todo es armonía, es muy aburrido. Hay una minuciosidad con el tema de los vinos que yo no les creo nada. «Olores a hierros tostados...»: hay algunas descripciones de vinos que me pregunto si me están tomando el pelo. Una vez estuve comiendo con gente del vino y estaban todos con las fresas, las frutillas y el cassis, y yo dije: "Este vino está riquísimo; tiene un olor a culo increíble". Se pueden decir algunas cosas, pero lo estamos llevando a un lugar que va a resultar en una generación de gente que cree que saber tomar vino es saber decir eso. Es como aprender una poesía de memoria y saber que si es malbec hay que hablar de frutas. Creo que lleva mucho más tiempo aprender a tomar vino que aprender a cocinar. Cocinar necesita 30 años, el vino creo que como 40.

Por Sabrina Cuculiansky
Francis Mallmann, todos los fuegos
Maestro de cocineros, desacraliza la comida preciosista, arremete contra las modas y las exageraciones y afirma que la postura de los restaurantes es arrogante.
Domingo 19 de diciembre de 2010 | Publicado en Revista La Nacion

sábado, 11 de diciembre de 2010

Una de cal y otra de... PLOMO!

Una de cal y otra de... PLOMO!
de Sebastian Bossi, el Domingo, 19 de diciembre de 2010.

Luego de leer un par de notas publicadas hoy en la revista del diario la nación, me pregunto cómo puede haber una persona tan especial como Mallmann y otra tan engañosa como Brasco, una persona que ocupa desde hace ya TRES décadas un lugar privilegiado, donde lo único que logro hasta ahora, es restar y distorsionar todo los temas importantes referidos a la cultura gastronómica especialmente en el mundo de las bebidas. Con leer solo un par de sus notas, uno se da cuenta que el señor no leyó o estudio en su vida un libro o un informe serio sobre las bebidas del mundo. No tiene la más remota idea de lo que es una cerveza y sus variedades, ni siquiera sabe más del mundo del vino solo su reducido grupo de amigos bodegueros ultra conservadores. Un tipo cerrado como “oreja” de muñeca, no sé cómo están esperando que se muera para reemplazarlo, por el bien de la cultura general.

Debo aclarar que no tengo nada personal contra Brasco, solo el lugar que ocupa en un medio tan importante como La nación, no me canso de recomendar sus libros de relatos, el tipo es un genio en lo que es ficción, pero sin querer queriendo lleva la ficción a la realidad de un mundo tan puro y noble como lo es el de las bebidas y de esta manera confunde y retrasa al consumidor común en el valioso camino del aprendizaje.



Esta es la nota publicada hoy por La Revista de La Nación.

En esta es evidente que al no poder, al no saber nada del mundo de la cerveza, su inserción en la gastronomía actual y la tendencia del mercado, agarra como siempre una tangente intelectual, haciendo que el lector común lo tilde de genio, y en realidad es un chanta, un mentiroso. Eso sí, que bien que escribe las tonterías que escribe.



Tras haber redactado cualquier texto, uno a menudo lo relee y evalúa si lo escribió en contra, en contra maso o totalmente a favor.

Hay siempre una alternativa adicional, predilecta de la izquierda, que es citarlo asiduo a Ludwig Feuerbach, masajista alemán de ideas oblicuas que no ilustran de manera nítida contra cuál arco es que están pateando. Es el pensamiento cómodo, fefifo, de la expresión ni-fu-ni-faica, concretada en la siguiente frase: dejemeló pensar y mañana le contesto.

De mantenerse abstractas, estas tres alternativas exhiben elegancia, hasta glamour incluso. Pero las cuestiones de la existencia casi nunca son claras, ni siquiera aritméticas, o algebraicas descifrables, sino logarítmicas conjeturales probabilísticas de formulación incierta: lo que se conoce entre los titubeantes como fuzzy logic. Punto.

Se lo pondré en términos más concretos. Pregunta: ¿cuál es la distancia más corta entre dos puntos? Respuesta: depende de que entre ellos esté prohibido pisar el pastito. ¿Captó? La línea recta es siempre fuzzy logic: depende de.

Pero apenas uno se manda un coqueteo con la fuzzy, aparece algún ducho en las urgencias para ponerte contra la pared. ¿Usted está a favor de lo que favorece a quiénes, o en contra de quienes se oponen a qué? En planteos de este tipo, mi experiencia de argentino es que mejor no. Quien acepta disyuntiva tan tajante puede desembocar en el infierno de una banca en Diputados o en el Senado.

Esto maso fue lo que ocurrió, días pasados, en una charla sobre "bebidas con qué platos". Hice un planteo poco controversial, lo que pronto dividió al auditorio en tres grupos, de una tercera parte cada uno: el (a), a favor; el (b), en contra, y el (c), que la pasa siempre regio abandonando la mano boba sobre las piernas de una rubiecita a su derecha.

De pronto, un cuestionamiento surgió de los contras: una fémina de cuarenta y dos años, negando mi negación de la cerveza como acompañamiento de un asado. "En vez de restaurantes a la moda como El Mirasol -me planteó-, usted debería sentarse bajo entramado de acacio bola, a las doce y media de un mediodía veraniego, comiendo costillar grueso y trincha del día grillados en parrilla sobre la tierra, con una cerveza pasteurizada de litro bien fría al alcance. ¡Reivindique la cerveza con el asado, como hacemos en el interior!"

El interior propone cada cosa que, no sé. Como parrillas muy al ras de tierra, superincómodas, para agacharse. Salvo que a cargo del asado pongamos a lugareño retacón, a quien el piso le queda más cerca que a otros lungos al cuete.

Desde ya no tengo objeciones a los entramados de acacio bola. Pero doce y media me parece muy temprano para llegar a un asado gaucho en las pampas interiores. Antes de las dos menos cuarto mínimo ninguna carne a la parrilla alcanza allí el punto justo del pasado de punto en la sobrecocción paisana.

Con respecto a la cerveza, si usted prefiere acompañar el asado con esa fermentación pasteurizada, métale nomás. La regla número uno del disfrute culinario la canta el príncipe Orlovski en el acto dos, escena uno, de El Murciélago, de Strauss. En el coro "A cada cual según sus gustos", con la frase "a mí me gusta". Ella cierra, tac, cualquier debate gastronómico.

Por Brascó

jueves, 2 de diciembre de 2010

La familia Royal Salute. 1 de diciembre. Hotel Sofitel.

Ayer miércoles tuve una de las experiencias más maravillosas en mi vida dedicada al mundo del buen beber. No solo por tener la oportunidad de probar uno de los whiskies más exclusivos del mundo, sino por estar acompañado de buenos amigos en un lugar muy bien elegido para tan especial evento, el Hotel Sofitel de la calle Arroyo. Le doy gracias a la vida y a la gente que me acompaña siempre, en momentos como estos que quedan para siempre en los mejores recuerdos. Muy acertada la elección de la bebida en la recepción al evento. Champagne Mumm Cordon Rouge, nos puso a todos los presentes de muy buen ánimo y humor.

Esta es mi cata:
Royal Salute 21 años. (740 pesos).
-Nariz de madera vieja, algo de vainilla no muy definido, complejo.
-En boca es bien complejo , muy sedoso, muy agradable y largo. Tiene la boca de los mejores Cognacs.
Royal Salute 100 Cask. (1260 pesos). Botella N° 8934 de 29.598. Partida N°11.
-La nariz más definida, más limpia, de madera más sana o más prolija, muy frutal y floral. Menos complejo que el anterior.
-Boca potente, firme, vibrante.
Royal Salute 38 años. Old Stone of Destiny. El whisky blend más valioso del mercado. (1000 dólares la botella de 70cl).
-En nariz lo primero que se percibe son las notas de alcohol muy bien integrado con la madera de jerez, también mucha compota de manzana roja muy madura, uno podría confundirse a ciegas y pensar que es el mejor Calvados del mundo, o por su carácter amable pensar que es un excelente ron. En boca es perfecto, amplio, equilibrado, muy firme y largo, muy largo.

Dirigió la cata Ann Miller de manera muy amena, muy agradable persona, de un español perfecto, pudo responder, además, todo lo que se le pregunto, salvo por supuesto los secretos de la mezcla que solo Colin Scott conoce, en realidad no se sabe mucho, solo que el corazón, el alma de todos los whiskies de la familia gira en torno a lo destilado en Strathisla, y que todo nació en 1909 con el lanzamiento de Chivas Regal 25 años, esto demuestra la coherencia de la casa en hacer siempre whiskies muy añejos, los mas añejos del mercado. Hoy la casa cuenta con 6 millones de barricas repartidas en 200 depósitos.
En 1953 se lanza Royal Salute 21 años.
En 2003, se lanza Royal Salute 50 años! Solo 255 botellas. Una termino en Punta del Este! Cada botella cuesta 10.000 dólares.
En 2006 se lanza Royal Salute 38.
En 2010 se lanzo el Royal 62 Gun Salute. Con un mínimo de 40 años y un precio de 2200 dólares.
Cada año el maestro mezclador Colin Scott selecciona 100 barricas extraordinarias, de estas realiza un blend único de edición limitada por lotes. Cada partida es diferente, única.

Para tener en cuenta:
*En 21 años se pierde un 40% del volumen!
*La merma de alcohol es de 2% cada 5 años, la merma del volumen 2% anual