Cervezas populares argentinas verano 2021
Las “sodas de cereales”
Hace poco, este mes de enero, me encontré en la góndola
con otra Amstel, cambio de etiqueta pensé, pero al acercarme y leer la
etiqueta, esta aclaraba que se trata de otro producto, algo más liviana que la “Amstel
Premium Pilsener”.
Las cervezas light, o livianas, son un clásico en
todo el mundo, es una de las categoría más consumidas, y tiene su lógica, son
las más fáciles de beber. Este detalle va en sentido contrario al gusto popular
histórico de los argentinos, que si bien las cervezas lager rubias industriales
son las que mandaron siempre, nunca el paladar argentino acepto una cerveza más
liviana a la marca más consumida, Quilmes Cristal, ahora llamada Quilmes
Original. Todos los intentos realizados desde los 90 con Quilmes Light, o luego
ya en este siglo Miller Lite, Grolsch Blonde, fracasaron, el mercado local no
lo entendió o simplemente no lo consumió.
La única cerveza liviana exitosa por demás, fue y es
Corona, aun con el cambio radical en su elaboración, ya que paso de ser
elaborada en México a ser 100% fabricada en Argentina, las ventas se
mantuvieron altas y creciendo.
Distinto es el caso de Budweiser, la más liviana
entre las industriales clásicas, donde en el resto del mundo su marca principal
es Bud Light, acá nunca se lanzó, Y Budweiser misma, aún no termina de despegar
luego de décadas en Argentina, me imagino que su fuerte como merado es el norte
del país y Paraguay, lugares cálidos ideales para el consumo de la cerveza “que
mejor pasa” Como decía el viejo eslogan.
El resto de las industriales populares argentina
tienen alguna características, generalmente dadas por el adjunto cervecero, maíz
u arroz, etc., que las hace ser la
elegida en su target.
Pero la globalización,
desde los 90 y en aumento todo este siglo, afecto “neutralizando” la característica
autóctona. Un claro ejemplo es el de Corona (Cervecería Modelo 1925), que su
marca Corona Extra, pasa por primera vez en casi 100 años, a ser elaborada en Sudamérica.
Argentina es un país ideal para la instalación de
licencias cerveceras internacionales, la mayoría muy bien lograda, con
controles y directiva estricta. En cada caso, desde la casa matriz.
Esto favorece en principio al consumidor, ya que
abarata los costos para su consumo, pero en mercados inflacionarios como el argentino
el consumidor sufre fuertes aumentos, y el mercado se transforma en monopólico
sin importaciones, lo que afecta a la cultura del consumidor, ya que no puede
conocer ni comparar marcas ni estilos.
Otro aspecto negativo de la globalización de marcas
que son elaboradas fuera de su lugar de origen, es el caso que se da en las
marcas locales, con dos claros ejemplos. La cerveza Andes siempre que uno la consumía
hasta hace unos pocos años, era elaborada en Mendoza, y hoy toda su producción,
al menos la que consumimos los porteños, es elaborada en Buenos Aires, probablemente
con la misma o mejor calidad, pero recordemos, uno bebe un 95% de agua en una
cerveza, Y si quiero consumir una cerveza Andes, me gustaría que es amplio porcentaje
de materia prima, venga de la zona original, lo cual es imposible.
El otro caso que encuentro es el de cerveza Salta,
hasta hace 10 años era un símbolo exclusivo de la ciudad de Salta, casi
una tradición para el turista llegar a
esa ciudad y en un bar disfrutar se esa lager liviana, sabiendo que uno bebía
Salta, su agua. Hoy se vende en Buenos Aires, pero es elabora en la planta
central que tiene la empresa, CCU en Santa Fe. Donde se elabora a la par Salta,
Santa Fe y Schneider, las tres con la misma personalidad.
Aclaro, muchos cerveceros fanáticos detestan las
cervezas industriales, yo no, prefiero beber estas “sodas de cereales” como me
gusta denominarlas, ya que la mayoría son neutras en sus características, y con
una gasificación rustica, como encontramos en sodas comunes. Pero yo prefiero
beber una cerveza industrial, sin aditivos declarados, antes que una gaseosa, o
un agua común de grifo.
Siempre recuerdo cuando daba charlas para la marca
Corona y Budweiser, trabaje bastante para CCU entre 2005 y 2015. 2010 el
porfolio era casi todo importado, un lujo.
Y entre esas importadas estaba Corona y en estilo similar Budweiser como
producto de elaboración local. Hoy ambas marcas pertenecen a la competencia. En
cada presentación de Corona, lo hacía para grupos de 10 personas pero también para
grupos grandes de 30 y hasta 50 consumidores. Y mi estadística era que uno o
dos de cada diez me interrumpía y me decían “no me gusta la cerveza Corona
porque parece agua” Yo respondía, ¿sabes lo difícil que es hacer una cerveza
tan pura como el agua? Y agregaba, si la opción en una comida es cerveza, aun
estos estilos, o agua, siempre voy a elegir ¡Cerveza! Aun si la cerveza es sin
alcohol.
La novedad este verano, enero 2021.
Amstel Lager.
Otro detalle, no menos importante, el precio, es
algo más económica que la Amstel Premium Pilsener, cumpliendo la lógica, si
tiene menos costos en materia prima, que el mkt no lo pague todo el consumidor.
Salud, y si es con birra, que sea sin aditivos, la información
esta siempre, en la etiqueta (ojo, son como las letras chicas de los contratos...)
Sebastián Bossi