viernes, 9 de octubre de 2015

Espumosos de la región. Las réplicas de Champagne.

El Champagne y sus réplicas
El otro día, hace poco, me cruce con el colega Andrés Rosberg, presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers; fue en un post suyo en Twitter en el que comentaba que las champañas locales no tienen mucho o nada que envidiarle al champagne original. Mi postura está clara, el champagne es único como pocos, y cuanto más se lo quiera comparar, mas queda en evidencia el intento fallido de replicar algo que, para mí, es irremplazable, no es que es un producto perfectible, es perfecto.

En Argentina existen limitaciones varias, una es la económicas, solo Chandon invierte seriamente en esta categoría, el resto, cientos de productores no lo hacen, si invierten es de manera limitada, insuficiente, justificada por la política del país y la idiosincrasia, la de los productores, y la de los políticos, por eso el circulo vicioso.

Y las limitaciones naturales; un bodeguero argentino puede importar la vid, los clones, la levadura, el conocimiento, puede hacerse de la experiencia, puede buscar nuevos terroirs, más altos, esa es la tendencia, 1500 y 1600 metros en Mendoza, podrán usar el tiempo de guarda para lograr equilibrio y complejidad. Pero jamás podrán dejar reposar la botella durante años a temperatura y humedad ideal, nunca lo podrán hacer en Argentina, esa es la magia de Champagne, no solo de Francia, de Champagne, es así, perfecta de nacimiento en relación a la vid y a esta forma de vinificación. 
En Champagne existen decenas de kilómetros de cavas milenarias subterráneas con condiciones ideales de humedad y temperatura, perfectas para el reposo de varios años de cada botella.

Otra de las razones es la distancia, las uvas se cosechan a casi 2 horas de distancia de la bodega! Y en verano, estas uvas de cosechan entre enero y febrero, la temperatura puede llegar a los 40 grados.

Si bien es cierto que en los últimos años aparecieron productos cada vez más nobles en esta categoría, fruto seguramente de años de trabajo e inversión de dinero, las grandes novedades y avances en materia de espumosos fueron del año 2000 al 2003. 

Un poco antes a finales de la década del 90 Chandon incorpora el método tradicional, elaborando Chandon Fresco para USA, luego lanza localmente partidas limitadas de 30.000 botellas de Cuvee Reserve, aun hoy está en el mercado.  Alguna otra bodegas, mucho más pequeñas,  como Extreme, se animaron a apostar a la calidad extrema, pero duraron poco. Luego todo fue estancamiento.

En el año 2000 Nieto y Senetiner revoluciona el mercado con su Tete de Cuvee numerado, luego aparece Finca La Linda apostando inteligentemente a algo diferente, mas autóctono si se quiere, con un muy buen trabajo de charmat lungo, optimizando la frescura de la uva y las levaduras. Estas dos bodegas fueron defendibles por 10 años, ya en el 2010, la masividad les jugo en contra, al menos en la calidad. 

Algo similar fue lo que paso con Chandon a principios de los 90, pero rápidamente lo soluciono con trabajo e inversión, no solo recupero la calidad sino también supo mantener el liderazgo de siempre.

La verdad, como gran consumidor de Champagne (Francia) me cuesta mucho defender una empresa local, son todos malos imitadores del Elvis francés, hace poco escribí una nota sobre Eclat, uno de las últimas novedades, este año también me entere de Vicentin, una bodega argentina que además de hacer espumantes importa un Champagne con su marca, me parece genial esta propuesta, no solo la idea sino el producto que llega al mercado local a un precio bien competitivo de 350 pesos. (Tengo  la botella pero la voy a probar el sábado 17 de octubre en una cata de champagnes a ciegas, estan todos invitados, luego les comento los resultados de la mesa).

Toda esta nota salió de mi cabeza luego de asistir a la presentación de un nuevo producto de la casa Chandon, Chandon Brut Nature Rose. El producto me encanto, es elaborado con un corte clásico de uvas pinot noir y chardonnay pero con un toque, 3% de vino tinto malbec agregado para colorear y acomplejar. 

Pero porque me gusto, será que me sedujo ese mínimo porcentaje de malbec, no creo, pienso que en este caso se buscó imitar una vez más, y felizmente les salió bien. Tanto en la calidad del producto, como en la imagen, y como, esto para mi es fundamental, en el precio. Solo 160 pesos la botella. Unos 10 dólares.

Una vez más, bien por Chandon, sin esta empresa seriamos más pobres aun, en todo sentido.

*Un detalle, en las catas, Chandon está empleando copas de vino, copones de vino blanco, para disfrutar más sus espumas, así es como se viene tomando en la zona original de este espumoso desde el año 2010.
Brindo con mi bebida preferida, una más ¡Salud!

Sebastián Bossi

sábado, 3 de octubre de 2015

Eclat Extra Brut

Eclat Extra Brut
Esta nota de cata se dio porque un gran amigo me regalo una botella de este vino. El conoce mis gustos y sabe que amo el champagne y no se si odio el espumoso argentino pero de centenares de etiquetas me gustan una o dos, no mas. Esta podría ser la tercera, pero el precio me limita o condiciona a otorgarle este lugar. Este blanc de blancs 100% Chardonnay fue comparado con un similar de la zona de Champagne, de tambien unos 30 dolares. Gano, claramente, no arraso, pero gano sin ninguna duda el frances. y que no se enojen los de la bodega nacional, ellos son los primeros en cmpararlo, lo podemos observar en la contraetiqueta. 

Vista: Verde pálido, limpio y brillante.

Nariz: Uva fresca, verde marginal, al límite. Bien. Simple total.

Boca: Pura tipicidad varietal, chardonnay, fresco y uva muy sana. Buen equilibrio, buena acidez final, faltando algo de acidez en el primer ataque o medio de boca. Gas carbónico muy presente al principio pero finalmente efímero, luego del tercer sorbo en copa.
Defectos: carece de complejidad alguna. A mi me resulta plano, aburrido, sin defectos evidentes, pero cansador al fin. Tiene demasiada vinosidad. Llega a parecer un gran chardonnay, con una mayor frescura o acidez de lo habitual en la región.

Un vino interesante, para seguir su evolución, recomiendo comprar una o dos botellas. Pero yo no compraría una caja.

Felicito a los enólogos por la prolijidad del trabajo, siga así y si cambian, que sea una mejora. 

























Podría ser la etiqueta.


Salud con y por las mejores burbujas del mundo.
* Agrego estas lineas: Luego de 12 horas en la heladera, ya abiertas las dos botellas, el champagne y el espumoso, los volvi a comparar, el vino argentino estaba ya sin gas, el frances estaba impecable en todo aspecto, el local perdio todas las virtudes menos la frescura, pero se le potenciaron los defectos. El original siguio siendo disfrutable, el argentino se transformo en uno mas del monton.

SB