Un libro que promete, quien no quiere conocer a fondo este personaje tan importante en el mundo del vino actual, vinculado a la Argentina desde hace casi tres décadas, un enólogo que aposto como pocos al país mucho antes que este sea conocido por su Malbec a nivel mundial. El entusiasmo es lo que da luz a la vida, no se puede emprender nada cuando no se tienen las ganas clavadas en el cuerpo y los ojos viendo más lejos que el presente.
Michel Rolland
El enólogo además de relatar cronológicamente su trayectoria profesional, usa el libro como una defensa sobre los supuestos agravios de los periodistas, a algunos los nombra con nombre y apellido, al resto les hace saber lo que él piensa sobre los que critican o simplemente objetan en parte su trabajo, sean estos sommeliers, directores de cine, periodistas, y ahasta a los mismo colegas enólogos o como se llamen los que estén en su contra.
Realmente no entiendo porque se lo lee tan herido o enojado
a Michel por los dichos de esta gente, yo creo que estos en cierta manera lo
admiran y es más, le hicieron un enorme favor al citarlo en comentarios, notas y
hasta documentales y películas. No es normal, y (por las dudas digamos) no creo
que sea ni tan siquiera bueno que todo el mundo hable bien de nosotros.
O acaso no sabe que como yo, muchos amantes del vino lo
comenzamos a admirar* a Michel luego de Mondovino, una película que nos hace
pensar, y que como conclusión podemos tener al mundo del vino dividido en dos partes si, pero que el secreto está en la convivencia de estas y no en la muerte de una de
las dos partes como podría interpretarse negativamente.
*En realidad yo lo admiro y respeto a Rolland desde que
realizo el Arnaldo B Etchart en Salta, historia detallada en este libro.
Mas allá de ese capítulo con esta postura de estar muy a la defensiva.
El libro es un excelente testimonio en primera persona del gran gurú de los
que amamos el vino.
En este libro Michel nos devela su enorme admiración hacia
Émile Peynaud, citándolo varias veces, en una de estas lo hace de esta significativa manera:
“En materia de gusto, es erróneo ser absoluto”.
Es así, porque el vino es como la vida, no sabremos mucho de
dónde venimos, quien es verdaderamente nuestro creador, ni a dónde nos lleva el
destino, pero si importa mucho nuestra existencia, mas allá de la diversidad,
sexo, raza o como queramos llamarlo.
Brindo pues por la vida, por el vino y por Michel también.
Sebastián Bossi
La sacudida en lo imprevisto combate las implacables certezas. Michel Rolllan